Ando nerviosísima por las decisiones que siento que tomé cuando me sentía valiente, y honestamente, hoy no me ando sintiendo tanto. Me he dado cuenta de que cuando estoy así, procrastino. Me gusta tener todo planeado y organizado para no enfrentar ningún tipo de incertidumbre, pero eso significa tener que tomar decisiones. No soy tan buena para eso, todavía.
Uno de mis propósito para este 2024 es aprender a tomar decisiones sin sobrepensar tanto, porque sufro de parálisis por análisis. Me abrumo con tantas decisiones y sus múltiples posibilidades, que termino posponiendo todo. Hasta que se me empieza a agotar el tiempo y entonces me pongo más nerviosa porque sé que no tengo nada listo.
Así que hoy decidí compartir aquí cómo estoy trabajando para confiar en las decisiones que tomo y vencer la procrastinación para no quedarme parada en mis pensamientos miedosos.
No me queda de otra y me obligo a recordar que esto es algo que decidí porque lo quería. que yo solita me puse en esta situación u qué hay cosas increíbles esperándome.
2. Qué horrible ese dicho sobre cómo "la recompensa" está del otro lado del miedo y la incomodidad, porque es muy cierto, pero me gustaría que no lo fuera.
3. Me gustaría que las decisiones que tomo no se sintieran como actos tan de vida o muerte y que, una vez que decido algo, eso fuera suficiente para ya no preocuparme. Pero así no soy, ni voy a serlo.
4. Tengo que aceptar mis nervios, vivir con ellos, dejar que se suban al avión conmigo. Que me acompañen a otros países, se suban a la montaña y entiendan que la recompensa sí valió la pena para que ya se callen. Pero hasta que no llegue ese momento de respirar porque lo logramos, los agarro de la manita. Van conmigo porque también son parte de mí y ya pasé mi época de querer cambiar lo que soy. Y lo más importante, si me equivoco no pasa nada. Como dice el último libro que leí: nos equivocamos para tener historias y al error hay que bailarle.
5. No soy la persona que puede ir viajando y por la vida sin tener ciertas cosas básicas planeadas y ya hice las pases con eso. No puedo fluir y ver cómo me voy a mover de un país a otro en 2 días. No puedo ser espontánea y tomar decisiones sin pensarlo. No puedo ni quiero. Tan sencillo como eso.
Ya con esto me despido, solo con el recordatorio de que eso de fluir también está un poquito romantizado y que hay personas que no lo traemos en el sistema y está bien.
Aquí nos acompañamos y nos leemos los nerviosos, quienes necesitamos tener la vida un poco más ordenada y los que tenemos que obligarnos a ser valientes para alcanzar lo que queremos. Ojalá que algunos de estos 5 recordatorios les sirvan para aceptar lo que sienten y para que hagan las cosas imperfectas y como puedan, sin quedarse en la procrastinación por miedo.
Si te identificas con algo de esto, te dejo el Polaroids con Escritos pasado y si quieres saber de qué trata esa aventura grande que me tiene nerviosa, no te pierdas los siguientes.
Con amor,
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