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Ana Sofía M.

Querer todo, es querer nada | Polaroids con escrito #14


Empezar el año siendo un desastre.

Esta es la primera Polaroid con Escrito del año. Extrañaba mucho sentarme a escribir por aquí. Estos escritos se han convertido en un respiro para compartir lo que llevo dentro y, aunque honestamente me costó encontrar las palabras para arrancar este 2025, hoy sentí la necesidad de escribir porque me topé con una frase que me sacudió por completo.



Me estaba poniendo al corriente con los newsletters a los que estoy inscrita. Todos son tan distintos: algunos sobre journaling y creatividad, otros sobre viajeras y sus recomendaciones por el mundo. También hay unos más técnicos que resumen tendencias para mi trabajo y otros sobre temas relacionados con elopements, moda y maquillaje, áreas en las que trabajan mis clientas. Entre todos esos correos, me encontré con esta frase:


“Querer todo, es querer nada.”

No es la primera vez que la leía, pero sí la primera que movió todo en mí.


Para quienes están en mi canal de difusión o mi newsletter, saben que este 2025 lo empecé con el pie izquierdo.


La primera semana fue terrible. No me quité la pijama durante tres días seguidos. Me di cuenta de que seguía arrastrando cosas del año pasado, así que volví a escribir mi carta para dejar ir y la rompí otra vez.


Quedé como payaso porque en mi última carta al 2024 dije que estaba harta de tener el corazón roto y que por fin estaba encontrando salida. Una vez más, el universo y la vida me dieron una tremenda lección de humildad, porque pareciera que no aprendí nada.


Cuando les digo que empecé el año con el corazón roto, es poco. Me enojé mucho conmigo misma. Fui necia, tomé pésimas decisiones y quise pretender que tenía todo resuelto.


Me desvié.


Lo que quiero decir con todo esto es que, durante esos días, evité sentarme a escribir lo que quiero para este 2025 porque tenía miedo de enfrentarme a esa claridad. Lo pospuse una y otra vez, hasta que decidí que este año no iba a planear tanto. Quería dejar que las cosas llegaran a mí.


Hasta que leí: “Querer todo es querer nada.”


De inmediato pensé: “Querer nada es aceptar lo que sea.”


Y yo no quiero vivir así.


No decidir también es una decisión.


Así que me estoy llevando a ese punto medio: saber qué quiero y decidir, pero también soltar las expectativas después de tener claridad sobre a dónde voy. Sin agobiarme, pero tampoco dejando que otros decidan por mí.


Esto es algo que también aprendí viajando sola por Perú: cuando tomas decisiones que te ponen en los lugares que quieres, puedes aceptar invitaciones que te abren la puerta a posibilidades que no imaginabas. Como cuando en Lima conocí a un grupo de viajeros y al día siguiente ya iba rumbo a otra ciudad con ellos, lista para subir montañas. O esa vez que decidí subirme a una avioneta para ver las líneas de Nazca, una experiencia que me enseñó a no conformarme con tan poco, sobre todo en temas del corazón. Pero para que pasen esas invitaciones, tienes que estar, por decisión propia, en los lugares que hacen sentido contigo.


No sé si algo de lo que estoy escribiendo aquí hoy hace sentido o lo seguirá haciendo en unos meses, pero si algo me gustaría que cualquier persona pueda sacar de esta Polaroid con Escrito, es esto:


Quererlo todo es no querer nada y querer nada es aceptar cualquier cosa. Y lo que sea no siempre es de calidad.


Sin forzar ni cargar con expectativas irreales, podemos tener claridad sobre lo que queremos. Podemos proponernos un sueño y trabajar en él para demostrarnos que somos capaces de lograrlo. Querer aunque sea una sola cosa es lo que hace que sea viable alcanzarla.


Eso sí es algo de lo que hablé en mi último taller de escritura, y algo que me ha enseñado mucho a trabajar en mí: sentirme segura de que las decisiones que tomo me están llevando a los lugares en los que quiero estar. Cuando eliges algo que quieres hacer y realmente lo haces, te demuestras a ti mismo que puedes confiar en ti. Es una prueba tangible de que lo que te prometes, lo cumples y eso es algo que le deseo a todo el mundo: que nos queramos y conozcamos tanto que sepamos qué queremos, y que tenemos todo lo que necesitamos para alcanzarlo.


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Además, te cuento que ya tengo Substack, uno de mis nuevos proyectos de escritura más personal y rápido. Ahí podrás leerme en tiempo real, con historias que no siempre llegan al blog porque no hay tiempo de editarlas tanto. Suscríbete aquí.


Con amor,



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