Cada diciembre, escribo una carta para cerrar el año. Es mi manera de despedirme, agradecer y recordar. De ver dónde estoy, hacia dónde quiero ir, qué me dolió y de qué me siento orgullosa.
Llevo cinco años haciéndolo. Cada vez que empiezo, releo las anteriores. Vengo de la del 2023, y aquí va la del 2024:
Querido 2024,
Tengo tanto que contarte. Algunas de las cosas que pasaron este año se sienten sacadas de una novela de esas que tanto me gusta leer, como si Elizabeth Gilbert hubiera escrito Eat, Pray, Love, pero en una versión latinoamericana.
Leyendo mi carta del 2023, me encontré con esto:
"Esos meses fueron tan mágicos que a veces me da miedo que nada se vuelva a sentir igual de bien, pero es el precio que estoy dispuesta a pagar por haber sido tan feliz."
Algunas cosas han cambiado, pero otras siguen igual.
Este año escribí mucho sobre la nostalgia, pero ahora la veo diferente. Más que detenerme, se ha vuelto la gasolina para vivir con valentía. Esa sensación de ir contra el reloj ya no me paraliza, ahora me empuja.
Cada vez dejo menos cosas para mañana y creo que también es algo que aprendí desde el accidente de mi papá, del que nunca me he atrevido a escribir mucho. Pero también de ahí aprendí que, si a mi corazón se le ocurre que quiere algo, voy a buscarlo. A veces me encanta lo que encuentro; otras, regreso con lecciones aprendidas.
Me cumplí varios sueños
Este año cumplí sueños gigantes que tenía desde hace años.
En enero, nos graduamos después de un camino largo y lleno de golpes al ego.
En febrero, cumplí el sueño de ver y fotografiar ballenas. Me fui sola con un grupo de fotografía.
En marzo, nos certificamos en buceo, algo que llevaba tiempo en mi lista, pero que me daba mucho miedo. Me aventé a hacerlo con todo y el nervio.
En septiembre y octubre, me fui sola a Perú por 60 días. Sigo sin creerlo.
Aquí hay un resumen de fotos que me emociona muchísimo y un resumen por meses en mi Instagram @asofiamach
2024 ha sido de los mejores años que he tenido porque le fui fiel a mi intención de “tomar iniciativa”. Creo que ese fue el secreto para cumplir tantos sueños este año.
Me di flojera a mí misma y me creció el corazón
No todo es perfecto, y no quiero que con lo que escribo en estas cartas parezca que solo hay cosas que aplaudirme.
Leyendo mis cartas desde el 2021, me di cuenta de algo que se repite más de lo que me gustaría: cada año, al menos una vez, termino con el corazón roto. Ni siquiera me había puesto a pensarlo. Me di cuenta hasta que leí mis cartas anteriores, y puedo recordar exactamente lo que me llevó ahí. ¿Adivina qué? Siempre es exactamente lo mismo.
Cuando leí que un año más de mi vida estaba neceando con lo mismo, me di flojera. En algún momento pasé de sentir compasión por mí misma a hartarme de no tomar mejores decisiones, sabiendo que tengo todas las herramientas para hacerlo.
Me harté de darme cuenta de que las curitas que le puse a la situación eran siempre provisionales. Este año siento que lo que se terminó de romper fue diferente.
Hartarme de andar así me hizo darme cuenta de que ya por fin solté y eso me ha hecho dejar de cargar con tanto enojo. Como si ahora esa parte de mi corazón se reconstruyera más grande, con más capacidad para amar, agradecer y emocionarme.
2024 me enseñó que puedo sentir más, porque venía de una rachita de sentirme un poco apática por todo.
Por primera vez en mucho tiempo, no me siento triste porque una etapa increíble se acabe y empiece otra. Ahora me emociono. Sé que habrá cosas que duelan, que me aburran, que no salgan como quería, pero mi corazón ya camina con más espacio para emocionarme, más capacidad de asombro, tiempo para disfrutar esta vida que me he atrevido a construir y memoria para todo lo nuevo que viene este 2025.
Ojalá que todas las personas, después de andar con el corazón roto, nos hartemos lo suficiente como para darnos el permiso de reconstruir lo que se rompió y dejar que crezca más grande.
Gracias, 2024, por ser un año tan sacudidor en muchos sentidos. Te voy a extrañar.
Con cariño,
Ana Sofía
*Por cierto, para cerrar este año pueden animarse a hacer una carta así o llevar su cierre de año a otro nivel y sentarse a escribir.
Hace unos días lancé un workbook con preguntas y ejercicios para cerrar el 2024 y aprender a poner en palabras lo que queremos para 2025. Elegir cuál será la brújula que nos guíe a todo lo que queremos lograr. Todavía están a tiempo de regalarse el tiempo para hacerlo.
Si a alguien le interesa, se los dejo aquí con mucho amor. No necesitas experiencia previa escribiendo. Es sentarte a escucharte a a través de la escritura y aprender a poner en palabras lo que quieres para el siguiente año.
Ojalá les sirva, a mí me ha funcionado mucho hacerlo todos los años.
Besos.
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